Como primera clase a veces suelo poner el ejemplo de cuatro textos que llevan por título "¿Qué es filosofía?"
El primero es de Ortega y Gasset, que veremos en su momento. Este libro transcribe una serie de lecciones que Ortega dió en 1929 en Madrid, primero en la Universidad, y después, a consecuencia del cierre de la misma por causas políticas, en un teatro, la Sala Rex. Pero tal fue la afluencia de público, que el curso cambió una vez más de lugar, esta vez al Teatro Infanta Beatriz, lo cual da idea de una breve edad de oro de la filosofía española. Un curso universitario acabó por ser un acontecimiento social. Y la pregunta que se trataba de resolver era nada más y nada menos que esta, ¿qué es filosofía?
Ortega y Gasset llegó a conocer al que se considera el filósofo más importante del siglo XX, el alemán Martin Heidegger, del que también hablaremos a menudo. Éste impartió unas conferencias que llevan por título "¿Qué es la filosofía?" en 1955. Bajo este título se trataba de responder al papel de la filosofía en la sociedad.
Todavía en 1991 encontramos otro libro de dos importantes autores franceses titulado "¿Qué es la filosofía?". Las conclusiones de este pequeño recorrido no se hacen esperar. Si filósofos españoles, alemanes, americanos, franceses, etc. escriben libros para decir lo que es la filosofía, será porque ni los mismos filósofos se aclaran, y es mejor desinteresarse por lo que la filosofía sea. Esta es en realidad una buena respuesta, y muy consecuente, teniendo en cuenta que estos cuatro no son los únicos libros que se han escrito con este título, y teniendo en cuenta que todavía se escribirán muchos otros libros en los cuales se defina una vez más, qué es la filosofía.
Nosotros hemos dedicido no desesperar tan pronto, y confiar un poco más en esa indeterminación de la filosofía, en ese buen o mal vicio que tiene la filosofía de mirarse al espejo, de verse a sí misma para quizás, ver mejor la realidad de la que habla. Sea como sea, nuestra filosofía en este curso será siempre una filosofía indirecta, que no intenta decir las cosas de una vez por todas. Si los grandes filósofos del siglo XX escriben más y más libros para aclarar qué sea eso de la filosofía, este modesto profesor que aquí les escribe no se arriesga a dar una definición definitiva antes de empezar el curso sobre Ortega, Zubiri y Zambrano. El método es otro. No es la definición directa, sino la aproximación indirecta, el intento de comprender sin apretar ni oprimir.Lo que hemos hecho, pues, es leer algunos textos que nos ayuden a ponernos en situación de modo indirecto. Uno de ellos, un clásico, es de Epicuro, un filósofo que vivió en el siglo IV-III antes de Cristo, quien escribía a su amigo Meneceo con las siguiente palabras: "Que ninguno por ser joven vacile en interesarse por la filosofía, ni por empezar a ser viejo deje de interesarse por la filosofía. Pues no hay nadie que no haya alcanzado o a quien se le haya pasado el momento para la salud del alma. Y quien asegura que todavía no le ha llegado o que ya se le ha pasado el momento de interesarse por la filosofía es igual que quien asegura que todavía no le ha llegado o que ya se le ha pasado el tiempo de la felicidad. Debemos meditar, por tanto, sobre las cosas que nos reportan felicidad, porque, si disfrutamos de ella, lo poseemos todo y, si nos falta, hacemos todo lo posible por obtenerla"
Esta bonita invitación y animación a la filosofía contrastará con otras visiones más pesimistas, que ven en la filosofía el resultado del sufrimiento, la búsqueda de un consuelo infinito a preguntas que no podemos responder o a verdades invencibles. San Agustín de Hipona, del siglo IV y al que vemos arriba en un retrato de Boticelli, no se quedaba del todo tranquilo cuando comparaba lo que le decía la experiencia con lo que le decía su religión. Su filosofía trata de comprender esta relación entre la experiencia y la revelación. Leemos en sus "Confesiones", por ejemplo: "¿no están llenos de decrepitud quienes nos dicen: ¿qué hacía Dios antes de hacer el cielo y la tierra? Porque si estaba desocupado e inactivo, dicen, y no hacía nada, ¿por qué no permaneció inactivo también en lo sucesivo como lo había estado desde siempre?". Esta pregunta, en clave religiosa, puede resumirse, en clave filosófica, en esta otra: ¿por qué hay algo en vez de nada? Esta pregunta, que se asocia al filósofo Leibniz, se considera por muchos la gran pregunta filosófica, aunque veremos que hay muchas más.
Pascal (1623-1662), a quien tenemos aquí en un feliz retrato, y a quien se conoce por aquella hermosa sentencia, "el corazón tiene razones que la razón no conoce", también sentía algunas preguntas como un pinchazo, y entendía que la filosofía, más que una respuesta de felicidad, era una pregunta de inquietud, y que el filósofo se mueve entre el desconsuelo y la serenidad. En sus "Pensamientos" dice lo siguiente: "Cuando considero la breve duración de mi vida, absorbida por la eternidad precedente y siguiente, el pequeño espacio que lleno y que veo, abismado en la infinita inmensidad de los espacios que ignoro y me ignoran, me espanto y me asombro de verme aquí antes que allá, pues no hay razón para estar aquí antes que allá. ¿Quién me ha puesto aquí? ¿Por orden y manejo de quién este lugar y este tiempo me han sido destinados?"
Es más fácil, o al menos más elegante, hacer preguntas filosóficas que responderlas. Veremos esto en un momento. Antes, recordar a Kant, quién viendo a sus predecesores hacerse tantas preguntas sin respuesta, llegó a la siguiente conclusión: "La razón humana tiene, en un género de sus conocimiento, el singular destino de verse agobiada por preguntas que no puede eludir, pues le son planteadas por la naturaleza de la razón misma, y que empero tampoco puede resolver; pues sobrepasan toda facultad de la razón humana". Esto es de 1781, y no mucho tiempo después, en 1818, otro famoso filósofo alemán, Arthur Schopentahuer, le decía a Kant que no era la "naturaleza de la razón" quién nos ponía en la cabeza preguntas, sino la realidad del sufrimiento. Era el sufrimiento quien nos hacia pensar en el sentido de las cosas, y en lo que hay más allá de lo que conocemos.
Repasamos en poco espacio un tiempo muy grande, y lo hacemos desde un sentido didáctico. Quién quiera ampliar y sobre todo concretar y profundizar en estas ideas, ya sabe que puede escribir en este blog con total libertad. Ahora toca una frasecita de Nietzsche, otro filósofo alemán, pero también muy latino, pues vivió mucho tiempo en Italia: "La filosofía no es otra cosa que vivir entre los hielos, en las altas montañas, buscar todo lo que tiene de extraño y de problemático nuestra existencia, todo lo que la moral ha venido prohibiendo hasta ahora". Muchos lo sabrán ya, pero este filósofo que murió en el año 1900 fue el que hizo famosa la sentencia "Dios ha muerto".
Sólo una más, para completar este breve acercamiento a la filosofía. Esta es de Albert Camus, en plena segunda guerra mundial, o lo que es lo mismo, en un momento de la historia en que no era tan fácil comprender y ni siquiera sentir el sentido de la vida. Dice Camus en "el mito de Sísifo", de 1942: "No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de ser vivida equivale a responder a la cuestión fundamental de la filosofía. El resto, si el mundo tiene tres dimensiones, si las categorías del espíritu son nueve o doce, viene después. Se trata de juegos; primero hay que responder". Entonces, no se trata de hacer preguntas solamente, sino sobre todo de responder. Para Camus hacemos filosofía "sí y sólo sí" nos ponemos a responder a esta pregunta, ¿por qué no nos suicidamos y ya está?¿por qué elegimos algo en vez de la nada?Con esta breve introducción pretento solamente un acercamiento a algunas cuestiones filosóficas de carácter metafísico. Será cuestión ulterior el relacionar estas aproximaciones con otras ramas de la filosofía, y será tarea de nuestras conversaciones en clase derivar estas preguntas clásicas de la filosofía al mundo en el que vivimos, a la vida de cada uno de nosotros. De momento, y antes de empezar con Ortega y Gasset el 8 de enero, quisiera proponer algunas cuestiones para este blog, que serán las siguientes: ¿está la filosofía más cercana a la felicidad o al consuelo? ¿Sirve la filosofía, como decía Epicuro, a la salud del alma, o es más bien un modo de compartir el desconsuelo? ¿Quién se hace preguntas filosóficas, la razón o el dolor? Creo que es interesante que respondamos a estas alternativas antes de conocer la versión de Ortega y Gasset, que será nuestro primer autor. Una última pregunta: la filosofía, ¿sirve para tener más amor por la vida o para tener menos miedo por la muerte?
Espero de todo corazón vuestras interesantes respuestas. Muchas gracias por la atención, estoy de verdad muy contento del grupo que se está formando en este curso. Creo que no soy el único que piensa así, y que todos tenemos la impresión de que somos una buena mezcla. Muchas gracias de veras.
Por último, para quién quiera, pediros vuestro email y vuestro nombre, para poder enviaros un correo cuando se publiquen cosas nuevas en el blog, y para mandaros textos e información relativa al curso. Saludos, Suerte y Salud
1 comentario:
Hallo und Willkommen hier im Erotik-Chat.
Der Erotik-Chat gibt dir die Möglichkeit heiße mädels und vieles mehr,unter anderem Sexgeschichten
Hier im besten Erotik-Chat erwarten dich heiße mädels Live Dates
Du suchst erotische Rollenspiele , sicher bist du hier genau richtig.Ok los geht es,worauf wartest du?
sexuelle Vorlieben sexygirls ,anmelden .
Suchst du jemand aus LaChaux-de-Fonds, oder aus Basel-Landschaft, in Luzern , oder aus Amriswil, oder in Traiskirchen? Sicher kein Problem.!
Publicar un comentario